Cuando un menor presenta resistencia para hacer una tarea que se le solicita hay que evaluar que esa resistencia me está tratando de decir. Siempre hay una razón. Los menores desean que los progenitores estén orgullosos de ellos por lo que hacerlo por maldad no es la realidad de estos menores.
Recordemos que detrás de cada conducta hay una necesidad y una emoción que el o la menor no pueden verbalizar. Por eso es por lo que decimos que cada conducta es comunicación. Debemos ver más allá del diagnostico y de nuestras propias emociones para descubrir y entender el lenguaje de las conductas.
En muchas ocasiones los menores están experimentando emociones fuertes que evocan la reacción de protección del sistema nervioso. Por lo cual las capacidades de analizar y regular sus conductas no funcionan. En ocasiones los progenitores me dicen “cuando lo hablamos lo puede decir, pero en el calor del momento no puede, es que no quiere porque sabe que hacer”. La realidad es que el sistema nervioso activa el mecanismo que llamamos pelea y huida por lo que no puede parar a pensar. ¿Deseas conocer cómo es que funciona este mecanismo? Participa de nuestro próximo curso en el cual lo explicamos en detalles.
Para evitar que el menor se quede “en blanco” en el calor del momento o en la situación es necesario desactivar ese mecanismo. ¿Cómo? Proveyendo seguridad. Ellos saben, pero tienen miedo a nuestra reacción. Cuando escuchamos para entender les ayudamos a sentir seguridad y podemos solucionar el problema. Lo sé es difícil, lo he vivido, pero puedes hacerlo.
La resistencia se debe a que no está claro de la expectativa, tiene vergüenza porque otra vez no recuerda los pasos, tiene miedo por lo que pasó la vez anterior que no cumplió tus expectativas, la demanda de la tarea está por encima de la capacidad del menor en ese momento.
En ocasiones debemos ayudar al menor a regular sus emociones. Pero para eso nuestras emociones deben estar en control. Yo no puedo ayudar a un menor a regular su sistema nervioso si estoy gritando o amenazando. Estas acciones solo incrementan la respuesta de protección. Esa respuesta es automática y el menor no puede controlarla. Hay que ayudar al menor a calmar su sistema nervioso ¿Cómo? Dieta sensorial, oportunidad de expresarse sin juzgarle o interrumpirle, dejarle escribir o dibujar sobre sus emociones. Luego que el menor está regulado, trabajamos con ajustar la actividad a la realidad del menor. Si la tarea es muy compleja, simplificarla o proveer una guía más clara. En nuestro curso de manejo de conductas estaremos trabajando paso a paso estas estrategias.
El curso comienza el 25 de agosto. Dura 5 días y cuesta $25.00 por el curso completo. Puedes registrarte usando el siguiente enlace:
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