Cuando dialogo con las personas sobre mindfulness rápido me dicen doctora eso es yoga, yo no hago yoga, no me gusta.
Te entiendo a mí tampoco me gusta. Shhhh... no se lo digas a nadie, es un secreto. La realidad es que mindfulness es hacerte consciente. Sí, eso es.
Simple y sencillo.
Que como parte de hacerte consciente existen técnicas como el yoga que te ayudan a tomar conciencia, sí. Pero no es lo que voy a hablar. En el proceso de practicar mindfulnes nos hacemos consciente de lo que sucede a nuestro alrededor y en mí.
Si, cómo eso que está a tú alrededor influye en tus emociones y que tú decides hacer con las emociones. Hay veces que sabemos que algo nos molesta y lo ignoramos, nos callamos, no lo gestionamos. Qué pasa a largo plazo o con el tiempo, nos afecta la salud. Así que es hora de aprender a reconocer lo que sentimos y las formas de gestionarlo saludablemente. Hay veces que sentimos coraje o tristeza y no sabemos la razón.
Catalogamos ese sentimiento como malo, pero no hay sentimientos malos. Todas las emociones son parte de estar vivos. Algunas nos agradan más que otras pero todas son importantes. Las emociones fuertes y que no nos agradan nos impulsan a salir de situaciones que no son beneficiosas. El dolor que asociamos a la emoción es parte de crecer y tiene un tiempo de duración. Lo que sucede es que lo agarramos y no lo soltamos, nos aferramos a ese dolor por miedo, por apegos y por rencor.
Cuando aceptamos que las emociones tienen una misión y traen una lección podemos aceptarlas, estudiarlas y aprender de ellas.
Seamos conciente de lo que sentimos, seamos responsable de lo que hacemos con lo que sentimos. Aprendamos a sentir, aceptar y gestionar nuestras emociones saludablemente.
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